“Desagradecido” es lo más suave que le dijeron y “traidor”, lo más contundente. Todos, incluido Solá, fueron leal y apasionadamente menemistas, duhaldistas y kirchneristas. El peronismo debería inventar otra palabra para bautizar las transiciones pragmáticas hacia los nuevos jefes que se producen periódicamente y que están en el ADN de su vigencia como partido del poder.
Párrafo Columna del sábado de Alfredo Leuco en PERFIL.
martes, 25 de noviembre de 2008
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